Día Internacional de la Mujer 2021 y el linaje materno

El Día Internacional de la Mujer se institucionalizó por las Naciones Unidas en 1975, y aunque tiene su origen en 1909, sigue siendo una jornada necesaria de celebración y denuncia.

Cada año se elige un tema, y este año es: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19” para reconocer y denunciar los enormes esfuerzos de mujeres y niñas en todo el mundo en busca de un futuro más igualitario y la lucha por la recuperación de la pandemia.

Son grandes los desafíos que como sociedad continuamos teniendo para lograr el empoderamiento de la mujer y la igualdad plena y efectiva entre los géneros. Desde aquí queremos lanzaros algunas reflexiones en tono a la mujer y la energía femenina desde un enfoque más espiritual.

Una forma de conectar con nuestra feminidad es explorar la conexión con nuestro linaje materno femenino (madre, abuela materna, bisabuela… etc). Dedicar tiempo a vincularnos con él desde la conciencia puede ser un ejercicio sanador que nos dé luz sobre nosotras mismas. No dejamos de llevar en nosotras las vivencias de las que caminaron antes de nosotras y todas contenemos algo de nuestras madres y abuelas.

Revisa fotografías y rememora las historias que has oído de tu madre, tus tías, abuelas o cualquier mujer de la familia y reflexiona sobre qué se mueve dentro de ti. Puede que las relaciones no hayan sido sanas en el pasado, en cualquier caso, la sensación de unión con las mujeres de nuestra familia y el agradecimiento a su legado emocional es fuente de apoyo, aprendizaje y continuidad.

Agradecer y honrar a las mujeres que nos precedieron es un camino de encuentro (o de reconciliación) que impacta en nuestra vida de distintas maneras. Nos puede servir para soltar lastres y cargas que no nos corresponden, nos puede hacer sentir la fuerza del vínculo con nuestras raíces más hondas, nos vincula con una línea precedente cierta y firme y puede llegar a lograr cambios significativos en nuestra vida hacia la autenticidad y la libertad.

Reconocer nuestro pasado como mujeres y tomar conciencia de nuestros orígenes es el primer paso para generar cambios hacia un futuro mejor. Podemos transformar las situaciones vividas pasadas para que nuestra descendencia viva de otra forma y tenga otras opciones y perspectivas.

La evolución de la mujer impacta directamente en lo que será la forma de vivir de nuestra descendencia. El enfoque que nosotros le damos a nuestra feminidad afectará a la herencia inmaterial que dejemos a nuestras hijas. Transmitimos nuestro modelo con el ejemplo: la amplitud de las posibilidades y capacidades de las mujeres, las formas de vivir y de afrontar situaciones.

Pequeñas rupturas con el linaje materno van evolucionando los roles de las mujeres hacia formas de ser y vivir más sanas y auténticas, dotándonos de plena conciencia de nuestro poder. El viaje personal de cada mujer individual va sirviendo para la transformación y el despertar femenino colectivo al empoderamiento consciente, a la libertad y la individualización.

Generación tras generación la fortaleza femenina se va haciendo más presente y necesaria, y los modelos antiguos que modelaban a las mujeres a un ideal lejos de la esencia y la individualidad van perdiendo potencia en la sociedad y la conciencia colectiva en nuestra cultura.

Celebremos, hombres y mujeres, nuestra fuerza, la energía femenina, la energía de la creación, el poder de la maternidad y nuestro fantástico poder creador global. Pongamos en valor nuestra gran capacidad para gestionar con simultaneidad tantas cosas en tantos ámbitos distintos.

Hasta aquí el agradecimiento y reconocimiento a las mujeres de nuestra a vida (madres, abuelas, amigas, maestras, compañeras, hijas… etc) como punto de partida para explorar y reflexionar sobre nuestra feminidad y el papel de la mujer en la sociedad.

Texto escrito por Encarna Mateo.

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